El café de Kenia en zona oscura

"Si pudieras ayudarnos a hacer que los jóvenes vuelvan al café ..."

Una frase emocionante, un favor solicitado por un productor cuando salimos del beneficio de Ruiru, el primero que visitamos.

Un beneficio como muchos otros en las regiones productoras de Kenia: Muranga, Nyeri, Meru, Kisii ... Un beneficio que ha tenido su apogeo y que ahora lucha por sobrevivir. Todavía tiene muchos miembros productores. Pero el nivel de producción sigue disminuyendo años tras años.

Un sentimiento de nostalgía parece caer sobre los productores de café kenianos. Nostalgia del tiempo pasado de alto nivel de producción, (hasta 128,926 toneladas métricas a fines de los 80 contra apenas 40,000 TM hoy), cuando el café florecía como la exportación agrícola más importante, representando hasta el 40%. del valor total de las exportaciones en algunos años, cuando las personas realmente podrían vivir bien con el café.

Hoy el sector cafetero está envejeciendo y en declive. Los productores no han sido preparados para las consecuencias del cambio climático. En cada sitio donde vamos, se da prioridad al acceso a fertilizantes y productos químicos, para eradicar eficazmente las enfermedades, las plagas y recuperar un buen nivel de productividad.

Los productores están dispuestos a trabajar duro. Pero ya no son tan jovenes y la nueva generación está huyendo del café.

¿Cómo es que uno de los cafés más valorados del mundo pueda ocultar tal angustia?
A veces, a lo largo de nuestras visitas, tenemos la sensación de que los cultivadores de café kenianos han sido dejados a su suerte. Y esto, a pesar de un sistema de producción y comercialización muy bien diseñado y una industria que parece de más modernas (ver publicación sobre ese tema).

También tenemos la sensación que el café se considera un cultivo de rápido crecimiento, que tiene que dar su volumen de cerezas de un año a otro con la esperanza de que el próximo año sea aún mejor.
El principal objetivo siempre ha sido producir cada vez más café. Se les ha enseñado a los productores cómo aumentar su productividad, cómo usar fertilizantes costosos, fungicidas y pesticidas para tener un manejo consistente de plagas y enfermedades. Y funcionó ... al menos por un tiempo.
Han podido evitar la roya, la broca del café y otros parásitos ... Hasta los últimos años.

El clima está cambiando pero no el juego del mercado global. El café sigue siendo un cultivo cuyo precio está influenciado por la ley de oferta y demanda. Y la actual sobreoferta global es una de las causas del nivel de precios actual que ni siquiera cubre los gastos de producción.
Los problemas se están expandiendo en zonas preservadas hasta ahora, mientras que las soluciones parecen inalcanzables.

¿Cómo los productores pueden pretender a un mejor precio si no pueden entregar el volumen y la calidad de las cerezas a la cooperativa debido a la falta de acceso a los insumos y al material que siempre han utilizado para manejar su finca?

¿Y qué pasa con el tema de la producción orgánica, con las certificaciones, con el café de especialidad?
Les gustaría creer en estas alternativas a la producción convencional pero no es un cambio que se pueda hacer de un día para otro.

Los productores organizados en cooperativas necesitan apoyo interno y externo.
Internamente, que se organicen formaciones para mejorar el manejo de sus fincas con pocos recursos, para reemplazar o injertar en variedades SL antiguas, las variedades nuevas más resistentes a enfermedades y plagas, como Ruiru 11 y Batian.

Que se organicen también capacitaciones para ir más allá de la simple entrega de cerezas: enseñar el beneficio del café, fomentar la cata y el consumo de café. Porque la mayoría de los productores ni siquiera saben el sabor de su café. Una vez que han entregado las cerezas, simplemente no pueden permitirse comprarlo. ¡Así que compran y beben té!
¿Cómo sabes si tu café es bueno si no conoces el sabor más allá del aspecto físico de la cereza? Los productores deben estar capacitados para emanciparse; y esto se puede hacer dentro de la estructura cooperativa con el apoyo de su agente de marketing.

Externamente, los productores también pueden necesitar asistencia para acceder a un mejor mercado.
Porque aunque tengan la capacidad legal para vender su café directamente, no siempre tienen el dinero, las habilidades, la logística o la red para encontrar buenos compradores.
Necesitan confiar en un intermediario (agente de marketing) para ayudarlos. Y si este último trabaja con diligencia, será transparente en el precio y las comisiones pagadas a todos los niveles. También tomará las medidas necesarias para ayudar a los agricultores a enfrentar sus problemas actuales.
Sin embargo, es difícil saber en quién puedes confiar o no en la selva del café.
